viernes, 11 de febrero de 2011

Taijiquan: un ejercicio para la salud, un arte marcial y un método de relajación.
Por Javier Mesa. (Invierno 2006)

Hay dos escuelas principales de Chuantong Wushu las denominadas externas (originadas en el círculo de los Templos Budistas) caracterizadas por el dominio de la fuerza muscular, los movimientos rápidos y vigorosos y las escuelas internas (influenciadas por el taoísmo y originadas en la montaña Wu Dang) caracterizadas por el dominio de la fuerza interna (jing) y los movimientos suaves, relajados y fluidos.
Taijiquan (Tai-Chi Chuan), es una modalidad de gongfu (Kung-fü), Taiji significa Principio Último, Definitivo y Supremo; mientras que quan es puño o boxeo o defensa (si ánimo de ser puristas y dejando mejores interpretaciones a los lingüistas). Así que taijiquan se podría traducir por la aplicación del Principio Último y Supremo al boxeo o a la lucha o " Boxeo Definitivo y Supremo”.
En torno a esta disciplina existen muchas leyendas, las cuales le atribuyen un origen divino, esto debido a los beneficios físicos y psicológicos que aportan a sus practicantes.
El Taijiquan, es una disciplina de lucha, cuya génesis histórica se remonta al siglo XVIII de nuestra era (si bien es verdad que se considera al monje daoista Zhangsanfeng como fundador mitológico del arte allá por el siglo XIII), en el poblado de Chenjiaguo provincia de Henan en China, considerándose como su fundador a Chen Wan Ting. Con el paso de los siglos, el Taijiquan se diversifica en 5 escuelas principales, (aunque hoy en día hay muchos y muy diversos estilos con mayor o menor tradición) con características propias (Chen, Yang, Wu, Sun y Hao). La fama de la cual goza el Taijiquan es debido a que de este estilo marcial se han formado algunos de los más destacados peleadores chinos de gongfu de las pasadas tres centurias.
El Taijiquan además de ser un arte marcial, es una gimnasia para preservar y restablecer la salud. Esta faceta ha sido fuertemente fomentada y difundida el gobierno de la República Popular, el gobierno socialista ha dado un fuerte apoyo a diferentes actividades tradicionales, entre ellas al gongfu (no sin varias transformaciones, adaptaciones, regularizaciones o como se quiera llamarlas). El Taijiquan como una rama del gongfu ha experimentado un avance sin precedentes, llegando a difundirse y popularizarse en todo el mundo, ya sea como sistema de defensa personal, deporte o como medio de prevención de enfermedades y específicamente como una actividad que coadyuda a la conservación de la salud. Tiene la cualidad de fortalecer y preservarla salud, gracias a sus movimientos suaves y armoniosos, combinados con la respiración profunda y el estado de concentración de la mente.
Es muy recomendado para las personas que sufren de problemas del sistema nervioso, circulatorio, digestivo y algunos tipos de cáncer.
El programa de estudio de Zhong Ding consta de: Posturas básicas, formas de manos libres o vacías, formas con armas y ejercicios de parejas (tuishou; dalu; sanshou, etc).
Combinando las legendarias técnicas tradicionales del antiguo arte del gongfu, con la enseñanza moderna, toda una tradición de excelencia, atención personalizada y profesionalismo, lo que confieren a nuestra escuela un excelente lugar para iniciarse en las artes chinas y su posterior desarrollo.
Esto hace del entrenamiento en nuestra escuela, una de las mejores experiencias.
El taijiquan trabaja el cuerpo, la mente y el espíritu.
El taijiquan mejora y fortalece el cuerpo; a través de una buena postura.
El taijiquan mejora la salud; a través de una buena postura.
El taijiquan mejora favorece la relajación; a través de una buena postura y la correcta actitud mental.
El taijiquan mejora la mente, a través de mantener la correcta postura, la correcta actitud mental y la concentración (en la postura correcta).
El taijiquan mejora el espíritu, porque te obliga a mantener la mente en lo que estás haciendo en ese preciso instante, a través de la postura correcta y la correcta actitud mental.
Destaca entre otras técnicas por el desarrollo de la suavidad sobre la fuerza. Basado en el trabajo de la energía interna más que en la fortaleza muscular.
En el taijiquan los movimientos se realizan de manera suave, lenta, relajada, continua y circular. Esto permite en todo momento tener conciencia del estado estructural de nuestro cuerpo lo que permite (en la postura correcta) el aumento y evolución de nuestra energía interior.
El símbolo del Taiji es el yin-yang. Esta interacción es constante durante la práctica y que continuamente se está alternando entre lleno-vacío, compresión-expansión, dentro-fuera, etc...y la no lucha contra el oponente, sino ceder y adaptarse a sus movimientos buscando su neutralización y su desequilibrio.
El alineamiento de la columna y la estructura del resto del cuerpo acompañando a esta, así como la actitud mental requerida y los movimientos de la práctica, realizan a nivel interno un suave y estimulante masaje sobre los órganos internos lo cuál se transforma en un profundo estado de relajación y un fortalecimiento del sistema. Esto contribuye a un mejor estado de salud y una revitalización del cuerpo tanto a nivel externo como interno.
Al ser un arte de gran antigüedad le confiere una gran ventaja ya que han estado sometidas a prueba durante varios siglos. Por este motivo está demostrada su validez como sistema de defensa y como un ejercicio muy beneficioso para la salud. Sus métodos son seguros, respetan el cuerpo y son aptos para todas las personas.
En los clásicos del taijiquan está escrito:”Cuando las vértebras más bajas estén completamente erguidas, el espíritu de la vitalidad alcanza la parte alta de la cabeza. Cuando la parte alta de la cabeza se siente como suspendida desde arriba todo el cuerpo se sentirá ligero y ágil”. Esta es una de las mejores maneras de fortalecer la columna y el cerebro. Una columna fuerte y bien estructurada implica a todos los órganos internos, mejorando sus funciones y fortaleciéndolos. Esto por tanto compromete al estado general del cuerpo y de la mente a mantener una buena salud, a mejorar esta e incluso a curar o aliviar todo tipo de enfermedades.
El alineamiento de la columna junto con la correcta colocación del resto de las estructuras básicas corporales y los movimientos suaves, lentos y circulares del taijiquan actúan sobre los órganos internos dándoles un agradable masaje. Si además acompañamos esto con la actitud mental requerida, distendida y abierta, podemos conseguir un estupendo estado de relajación.
La intensidad del ejercicio está determinada por el ritmo interno del cuerpo, llámese respiración o concentración. Esto es suficiente (sin excesos) como estímulo a la circulación del qi en el cuerpo.
Así el sistema nervioso armoniza las cuatro extremidades con el tronco. Al enfatizar en la unidad corporal, engendra un estado de tranquilidad y así con una práctica constante se obtiene un efecto anti-estrés.
La suavidad y lentitud permite a las articulaciones ser ejercitadas sin presión y de esta manera son fortalecidas, lo cual ayuda a liberar sus acciones.
La respiración abdominal profunda, la acción de los pulmones ayuda a una mejor oxigenación del sistema, la sangre y la totalidad del cuerpo, eliminando además, de manera más efectiva las toxinas.
Las posturas afectan directamente a la glándula del timo, que está directamente relacionada con el sistema inmunológico. Esto se traduce en una mayor resistencia a las distintas afecciones y enfermedades.
Coger la energía del cielo, elevar el espíritu, tomar la energía de tierra, hundir el qi y el corazón-mente en el dantien; realizando esto durante largo tiempo como guía de tus actividades te ayudará a encontrar el camino correcto para tratar con la gente y contigo mismo. El odio, los celos, la ira, la depresión, la ansiedad poco a poco desaparecerán rechazando lo malo y aceptando lo bueno; el temperamento agresivo se irá calmando gradualmente.
El aspecto marcial del taijiquan proviene de poner en práctica todos sus principios más que de la ejecución de sus aplicaciones.
Este arte interno de origen Daoista está fundamentado en el desarrollo de la suavidad. El dicho “de una gran suavidad proviene una gran fuerza” es uno de los pilares de este arte que está basado en el trabajo y desenvolvimiento de la energía interna (jing) más que de la fuerza muscular (li)
Así, relajar, hundir, ceder, neutralizar, pegarse, adherirse, conectar y seguir son las consignas de la práctica de taijiquan, y deberían de estar contenidas en cualquier cosa.
Este aspecto interno es difícil de apreciar, obtener y comprender, y permanece oculto para quienes carecen de una adecuada formación. Es precisamente este aspecto interno el que se traduce en salud y bienestar. Por ello los estudiantes y practicantes de taijiquan y de qigong deberían también aprender a distinguir lo puro de lo adulterado, al igual que se hace con la comida o cualquier otra cosa.
“En el taijiquan uno se relaja para abrirse al fluir de qi que es la fuerza de la vida y lo que mueve al cosmos.”