sábado, 23 de junio de 2018

Selecciones sobre meditación - ZhengManQing.



 Del libro 

Instrucciones Avanzadas de Cheng Man-ch'ing Para la Forma del Tai-chi, Douglas Wile. 

El capítulo XX es una traducción de dos artículos de Cheng sobre la meditación. Según la nomenclatura tradicional china, la meditación pertenece a la categoría de ching-kung o “prácticas sentadas”, en contraposición a tung-kung o “prácticas en movimiento”, como el Tai-chi. El Profesor Cheng comenzó a practicar la meditación a una edad avanzada, como se evidencia en el siguiente comentario de Los Trece Capítulos: “Si comparamos el Tai-chi con la meditación, éste no tiene el efecto negativo de gastar el chi para calmar el cuerpo”. En los artículos que aparecieron en 1968, Cheng nos indica que fue iniciado en la meditación y en diversos trabajos sobre desarrollo interno (nei-kung) cinco años antes. De esta forma, él empezó a practicar la meditación unos treinta años después de haber aprendido el Tai-chi. 
Capítulo XX

SELECCIONES SOBRE MEDITACIÓN




Meditación y salud


La longevidad es una aspiración común a toda la humanidad. La búsqueda de una larga vida requiere la salud de cuerpo y mente. Si deseamos salud, además de a la nutrición, la medicina, la higiene y al ejercicio, debemos conceder una gran importancia a la paz de la mente.
En esta compleja sociedad, todos experimentamos constantemente confusión y tensión, sin medios para relajarnos. Acosados por las preocupaciones, tensiones, restricciones y demandas venidas de todas partes, el cerebro es forzado a trabajar todo el día. Incluso soñamos mientras dormimos. De esta forma, nunca tenemos un momento de descanso. Si pudiéramos olvidamos temporalmente de todas nuestras preocupaciones y tensiones, permitiendo que el cuerpo y la mente disfrutaran de la relajación y la felicidad durante un período de tiempo y dando a los nervios la oportunidad de un verdadero descanso, ésto no sólo mejoraría la salud del cuerpo y de la mente, sino que contribuiría a lograr la longevidad y a invertir el proceso de envejecimiento.
Lo que queremos decir por “olvidar temporalmente” todas las preocupaciones y tensiones es simplemente tener algunos momentos de paz en medio de este entorno lleno de confusión y tensión. El método para aprovechar estos pocos momentos de paz es la meditación.
En mi juventud padecí reuma y, siempre que el clima cambiaba, sufría insoportablemente. Al menos dos o tres veces al año me sentía forzado
a permanecer en cama durante una semana o más. Busqué el tratamiento tanto de médicos chinos como occidentales, incluida la acupuntura e inyecciones, pero ésto solamente aliviaba los síntomas durante un corto período de tiempo y después éstos reaparecían. Más adelante, un amigo me inició en la meditación y también me dio a conocer varias obras antiguas y contemporáneas sobre el desarrollo interior. Después de practicar durante un mes sentí un calentamiento del chi en el tan-tien. A los dos meses, este calor subió gradualmente por mi columna hasta el nivel de la cintura y a los tres meses sudaba por todo el cuerpo. Más tarde, el cálido chi ascendió por la espalda hasta llegar a los hombros y finalmente subió a la coronilla. Desde hace cinco años he mantenido esta práctica al menos durante media hora cada día. Aunque todavía no puedo afirmar que todos los meridianos estén completamente abiertos, mi reuma no ha vuelto a manifestarse. Al mismo tiempo, mis dolores de espalda y mi débil estómago también se han curado rápidamente. Esto debe ser efecto de la meditación.
La meditación es concentración mental. Todo se deja a un lado para mantener la paz y la tranquilidad de la mente y fortalecer la función de control del sistema nervioso central. Además, la respiración profunda durante la meditación mejora la circulación sanguínea, aumenta la absorción de nutrientes y estimula todos los procesos metabólicos.
Según la investigación biológica, los nutrientes llevados por la corriente sanguínea en el cuerpo humano deben ser combinados con el oxígeno suministrado por la respiración para que la oxidación tenga lugar. Todo el dióxido de carbono producido por la oxidación debe ser eliminado por el cuerpo para así mantener el equilibrio metabólico adecuado. Así que la respiración es para nosotros aún más importante que el alimento. Cuando el aire penetra en los alvéolos pulmonares, debido a que la concentración de oxígeno es más alta en el aire que en el pulmón y de acuerdo con la ley de la osmosis, el aire penetra en las paredes alveolares y entra en la sangre. Ya en la corriente sanguínea, el oxígeno es absorbido por la hemoglobina de los glóbulos rojos, que entonces se convierte en hemoglobina oxigenada. Estos glóbulos rojos portadores de oxígeno pasan a través de los capilares de los pulmones y se distribuyen a todo el cuerpo, donde producen calor y energía. A partir de ésto podemos comprender la gran importancia que tiene la respiración para la salud humana.
Las personas normales realizan aproximadamente una respiración muy superficial cada cuatro o cinco segundos. El aire fresco que es inhalado en
realidad no penetra profundamente en los alvéolos, ni el aire viciado es expulsado completamente. Por lo tanto, el proceso de utilizar el oxígeno y eliminar el dióxido de carbono de las venas nunca se optimiza completamente. Esto tiene una gran influencia en la salud del cuerpo y la mente.
El método de respiración más utilizado durante la meditación es la respiración abdominal. Cuando inhalamos el aire, los pulmones se expanden y se llenan completamente, permitiendo que el aire penetre profundamente en los alvéolos y favoreciendo su distribución. En este momento el diafragma es empujado hacia abajo, haciendo que el vientre sobresalga. Así, cuando exhalamos, el vientre se contrae, empujando el diafragma hacia arriba y expulsando completamente el aire viciado de los pulmones. De esta forma, el intercambio de gases en los pulmones logra su mayor eficacia. Al mismo tiempo, constituye un buen ejercicio para los órganos internos.
Aunque la respiración profunda durante el ejercicio también aumenta el intercambio de gases, es muy raro que dure más de diez minutos, mientras que la persona que medita a menudo puede estar sentada diez minutos, media hora o incluso varias horas. También, con la práctica, no solamente se utiliza la respiración profunda durante la meditación, sino que con el tiempo, la respiración se vuelve más profunda, más larga, más fina e incluso más regular.
La mayoría de las personas son conscientes de que el ejercicio físico activa la circulación sanguínea, mejora la absorción de nutrientes y ayuda al proceso del metabolismo. Sin embargo, después del ejercicio la mayoría se sienten cansadas. A menudo vemos a los atletas tumbados en la hierba después del ejercicio descansando, con los ojos cerrados. Este es un ejemplo de la necesidad de tener un momento de paz.
A mucha gente no les gusta hacer ejercicio físico, pero también hay personas que, debido a circunstancias de su vida o de su trabajo, no tienen tiempo libre o un lugar apropiado para hacer ejercicio. Ésto es especialmente cierto para los ciudadanos de más de cuarenta años que, debido a sus responsabilidades oficiales o de negocios, pasan todo el día ocupados en sus despachos sin tener la oportunidad de hacer algún ejercicio durante todo el año. Si meditaran todos los días una o dos veces en un momento conveniente, sería muy beneficioso para su salud física y mental.
Ciertamente la meditación no es una pérdida de tiempo. Si cada noche,
justamente antes de ir a dormir, o por la mañana, justo después de levantamos, meditáramos simplemente durante veinte o treinta minutos en nuestro dormitorio, ésto no interferiría con nuestro plan de trabajo. Aunque pueda parecer que estos veinte o treinta minutos reducen nuestro tiempo de sueño, en realidad son aún más beneficiosos que el propio sueño. Ésto es así, porque durante el sueño nuestras mentes están dispersas y, a veces, soñamos. Sin embargo, la meditación centra la mente, se eliminan los pensamientos erráticos y uno disfruta de paz y tranquilidad. Ésto proporciona un auténtico descanso al cuerpo y a la mente. Sólo se puede empezar a entender ésto desde la experiencia.
La meditación no requiere absolutamente ningún lugar o un equipo especial. Puedes meditar en tu habitación si no es muy ruidosa y el aire no está demasiado viciado. Si hay varios niños en la familia, puedes llevarlos a la cama antes de ir a meditar. Si se puede elegir el entorno, entonces, por supuesto, un lugar muy abierto al cielo o con una gran vista del mar, o completamente solo en una aldea aislada sería lo mejor de todo.
Lo siguiente es una explicación detallada de métodos y posturas para la meditación:
  1. Sentado en una silla. El cuerpo debe estar derecho, con la cara dirigida al frente. La nariz y el ombligo, y las orejas y los hombros deben estar alineados. El mentón debe estar ligeramente recogido hacia dentro y los hombros horizontales. La cintura debe estar derecha y el asiento estable. La columna vertebral no debe estar muy recta, pero tampoco debe estar doblada. Relaja todos los músculos del cuerpo sin utilizar ninguna fuerza y siéntete relajado y natural.
  2. Sentado con las piernas cruzadas. Ambas piernas están dobladas y el pie derecho está colocado bajo el muslo izquierdo. El pie izquierdo está situado sobre el muslo derecho. Esta es la postura del medio loto. El loto completo, usado por los monjes, es incluso mejor. Otra postura es simplemente sentado, con las piernas cruzadas y los pies debajo de las rodillas. En general, escoge aquella en la que te sientas más cómodo.
  3. Posición de las manos. Las manos caen de forma natural y se colocan con las palmas vueltas hacia arriba encima de las piernas. Las palmas se colocan una encima de otra con las puntas de los dedos pulgares tocándose y la “boca del tigre” dirigida al frente como si sujetaran un objeto. Las manos descansan suavemente frente al estómago por encima de las pantorrillas, sin presión y
relajadas naturalmente.

  1. Posición acostado. Si nos acostamos boca arriba en algo plano (un colchón de muelles demasiado blando no es apropiado), la espalda debe estar horizontal y recta. Los pies se extienden al mismo nivel que el cuerpo, con los dedos dirigidos hacia arriba y relajados con naturalidad. Las palmas deben mirar hacia dentro, tocando ligeramente los lados de los muslos. La altura de la almohada puede ser “ajustada” para estar cómodo. Todos los músculos del cuerpo deben estar relajados. Los ojos miran en dirección al abdomen.
  2. Respiración inicial. Primero, abre la boca y exhala el aire viciado de los pulmones. Luego cierra la boca lentamente y toma aire fresco por la nariz. Repite ésto de tres a cinco veces para así armonizar la respiración.
  3. La boca. Cierra ligeramente la boca. Los labios y los dientes deben tocarse con ligereza. La lengua toca el paladar.
  4. Los ojos. Los párpados deben caer como cortinas. La vista se extiende desde el puente de la nariz hasta el abdomen, pero no es necesario concentrarse en ello. Nuestra actitud debe ser como la de mirar pero sin mirar, relajada y natural. Los ojos no deben estar totalmente cerrados para evitar quedarse dormido y la luz no debe ser demasiado intensa.
  5. Respiración abdominal. Utiliza la respiración profunda para permitir que el aire llene completamente los pulmones, pero no dilates el pecho. La cavidad pulmonar se expande hacia abajo debido al descenso del diafragma. El movimiento hacia abajo realizado por el diafragma hace que el abdomen sobresalga ligeramente. Cuando se exhala, el abdomen se recoge, a la vez que el diafragma presiona hacia arriba y obliga al aire viciado a salir completamente de los pulmones. La respiración debe ser profunda, larga, fina, uniforme, ligera y lenta. No debe oírse.
Al comienzo, no debe forzarse la respiración para que sea profunda y larga. Si normalmente un ciclo de inhalación y exhalación dura cuatro segundos, durante la meditación debería aumentar lentamente a seis segundos. Después de varios días, se debería pasar a ocho segundos y gradualmente a diez segundos. Con una larga práctica se puede llegar hasta una respiración o dos por minuto. Las personas más avanzadas pueden llegar a respirar una sola vez en varios minutos. En resumen, los principiantes no deben esforzarse en contener la respiración, a
fin de evitar una sensación de opresión o malestar. Cuando se prolonga la exhalación, no debe forzarse, sino que debe ser perfectamente agradable.
  1. Eliminar los pensamientos erráticos. Todo pensamiento errático debe ser totalmente desterrado. Al principio, la mente es incontrolable y es muy difícil lograr la calma. Simplemente, suspende la reflexión y pon toda la atención en el abdomen. Al mismo tiempo, debe utilizarse la técnica de contar las respiraciones. Todo ésto hace que la mente se centre en contar y, con la práctica, los pensamientos erráticos tenderán a desaparecer.
  2. Contar las respiraciones. Una inhalación y una exhalación es una respiración. Por lo tanto, una respiración cuenta como uno. Si cuentas al exhalar, no cuentes al inhalar y viceversa. Cuenta de uno a diez o de uno a cien. Al principio, debido a que los pensamientos erráticos aún no han sido eliminados, uno se olvida frecuentemente de la cuenta en la mitad. Simplemente comienza de nuevo desde el uno. Después de mucho tiempo se adquiere la habilidad y los practicantes más avanzados pueden lograr el silencio mental sin necesidad de contar.
  3. Concentrar la mente. Durante la meditación, la mente se debe fijar en un punto. Al comienzo, se puede enfocar la mente en el tan-tien (un punto localizado en el bajo abdomen). Cuando se inhala, la mente debe centrarse en el bajo abdomen e imaginar que el aire penetra hasta el abdomen. (Realmente, el aire solamente llega a los pulmones pero, aunque en realidad es imposible que llegue al abdomen, uno lo debe imaginar así). Cuando exhales imagina también que el aire es exhalado desde el abdomen. En un nivel avanzado, uno puede centrarse sobre otras zonas, tales como los puntos ni-wan (la coronilla), t'ien- t'ing (en mitad de la frente), ming-t'ang (el “tercer ojo”, localizado en la parte baja de la frente), shan-ken (en el puente de la nariz), chun-t'ou (bajo la nariz) o yung-ch'üan (en en centro de la planta del pie), etc...
  4. Al terminar. Cuando acabes de meditar, abre la boca y realiza de tres a cinco respiraciones para disipar el calor del cuerpo. Despierta lentamente el cuerpo, estirando suavemente los brazos y las piernas. Frótate las manos para producir calor y masajea la cara, el cuello, los hombros, los brazos y las piernas, mientras te levantas lentamente. Los principiantes, cuando noten que sus piernas se quedan entumecidas, deben masajearlas hasta que se sientan bien de nuevo. Bajo ninguna circunstancia debe uno levantarse bruscamente.
Los puntos anteriores son una exposición elemental de los métodos y posturas fundamentales. Las prácticas más avanzadas no se describen ahora.
La meditación se corresponde con los principios médicos; es el puente para mejorar la salud y la vía para una vida más larga:
Durante la meditación el flujo de saliva es mayor de lo normal; la saliva debe ser tragada después de exhalar y jamás debe ser escupida. Ésto es lo que los libros chinos de desarrollo interior llaman “tragar la saliva” y será extremadamente beneficioso. Aunque algunos científicos modernos se oponen a tragar la saliva, los médicos japoneses que lo han estudiado durante varias décadas han descubierto recientemente que la saliva contiene ciertos elementos nutritivos. No se debe meditar inmediatamente después de comer, sino esperar una o dos horas hasta que el estómago esté vacío.


La perseverancia es necesaria en la meditación


Cuando se tiene práctica en meditar, la meditación puede aumentar la circulación sanguínea y elevar la temperatura del cuerpo. Ésto es un fenómeno natural. Después de una larga práctica habrá chi caliente en la región del tan-tien. (Esta sensación puede aparecer después de varios meses o incluso de varios años). Después de un tiempo, el chi caliente puede llegar a la cintura y subir gradualmente a la espalda y a la zona de la cabeza. Esta sensación es extraordinariamente agradable. Aquellas personas que meditan con regularidad tienen muchas clases diferentes de sensaciones, tales como: movimiento, hormigueo, escalofríos, calor, ligereza, pesadez, rigidez o suavidad, etc... Ésto se denomina “las ocho sensaciones”.
La constancia es necesaria para la meditación y se debería practicar, al menos, unos quince minutos diarios. Es preferible una vez por la mañana y otra por la noche. Es muy importante evitar discontinuidades en la práctica. Así, apasionarse un día y estar apático diez, no produce ningún beneficio. Tampoco es deseable apasionarse durante diez días y estar apático uno.
Aquellos que empiezan a practicar la meditación deben sentarse durante períodos cortos, pero frecuentemente. Porque si se sentaran durante mucho tiempo, podrían impacientarse y acabar por rechazar la meditación. Al principio,
pueden meditar durante cinco o diez minutos y después gradualmente alargar los períodos de tiempo. La meditación debe ser abordada con paciencia y no se pueden esperar resultados de la noche a la mañana.


Epílogo


La meditación es una forma de cultivo interior y es considerada una práctica legítima en todas las escuelas de desarrollo interior.
Los métodos de meditación contemporáneos (yin shih tzu), integran en un único sistema varias formas budistas y taoístas de desarrollo interior. El desarrollo interior se relaciona con nuestras antiguas prácticas taoístas de alquimia interna (lien-tan), ejercicios físicos (tao-yin) y ejercicios respiratorios (t'u-na), junto con la contemplación y la meditación budista. En la actualidad los maestros están divididos en muchas escuelas diferentes; algunas se refieren al desarrollo interno (nei-kung) y otras hacen referencia al desarrollo del chi (chi-kung), pero todos son métodos de desarrollo personal. Aunque en movimientos, posturas y métodos cada escuela tiene su propia especialidad y tradición, al fin y al cabo todas buscan entrenar el cuerpo y fortalecer la mente para lograr salud y longevidad.
Nuestros antiguos métodos de desarrollo interno fueron transmitidos al Japón donde, después de varias décadas de investigación, adaptación y comentario, se desarrolló el sistema “Okada” de meditación.
Los antiguos libros de desarrollo interno eran muy aficionados a utilizar un lenguaje secreto y esotérico, haciendo que los lectores se perdieran en medio de la niebla, e incluso pensaran que se trataba de materias supersticiosas, sobrenaturales, secretas y extrañas. Al escribir en este estilo arcano y esotérico, era imposible desentrañar incluso una pequeña parte de su contenido sin años de dedicación al estudio y sin las instrucciones de un maestro iluminado.
Algunos dicen que la meditación era un método de desarrollo personal utilizado por taoístas y budistas y no tiene que ver con el presente. No
obstante, debo decir que las investigaciones de especialistas modernos han demostrado que la meditación es compatible con la medicina y la fisiología y es
realmente el puente para una buena salud y el camino hacia una larga vida.




La meditación tiene tres secretos para armonizar cuerpo y mente



La meditación armoniza completamente el cuerpo, la respiración y la mente.

—Sentarse con las piernas cruzadas armoniza el cuerpo.

—La quietud armoniza la respiración.

—Controlar los pensamientos armoniza la mente.


Primero, armonizar el cuerpo: Antes de meditar, afloja la ropa y desabrocha el cinturón. Siéntate de una forma fácil y natural. El cuerpo debe estar derecho y el asiento firme. La columna vertebral no debe estar estirada rígidamente ni tampoco debe estar doblada. Los hombros deben estar horizontales, la cintura extendida y todos los músculos del cuerpo relajados. Ahora cruza las piernas, coloca las manos una sobre otra y apóyalas sobre las piernas. Mueve el cuerpo unas cuantas veces de izquierda a derecha para permitir que todas las partes estén relajadas y naturales.
Segundo, armonizar la respiración: Antes de meditar, abre la boca y, al exhalar, expulsa varias veces el aire viciado desde el abdomen. La lengua toca ligeramente el paladar, y los labios y los dientes se tocan con ligereza. Toma el aire lentamente a través de la nariz, mientras imaginas que cada respiración llega hasta el abdomen. Entonces, exhala desde el abdomen y lograrás de forma natural un estado de calma.
Tercero, armonizar la mente: La mayoría de nuestros pensamientos son erráticos y confusos. Al principio, cuando se aprende a meditar, se experimenta un aumento de los pensamientos erráticos a medida que se entra en un estado de quietud. Cuanto más se piensa, más se dispersan los pensamientos. La mente es
como un mono y los pensamientos son como caballos. Es muy difícil controlarlos. Uno debe hacerse indiferente ante la fama y la fortuna y dejar todo de lado. La mente debe centrarse en el abdomen; y los ojos, ligeramente cerrados, miran hacia abajo, desde el puente de la nariz al abdomen. Al mismo tiempo, utiliza la técnica de contar las respiraciones y, gradualmente, serás capaz de evitar pensamientos confusos y de eliminar todos los pensamientos erráticos.




Inscripción para la respiración fetal (t'ai-shi)


—De los treinta y seis tragos, el número uno viene primero.
—Nuestro exhalar debe ser muy fino y nuestro inhalar lento y continuo.
—Sentarse o tumbarse es lo mismo.
—Siéntete a gusto caminando o a pie firme.
—Ten cuidado con lo impuro y destierra lo malo.
—Aunque la llamemos “respiarción fetal”, en realidad es el elixir interior.
—No sólo cura las enfermedades y alarga los años de vida, sino que si se practica durante mucho tiempo, nuestro nombre será añadido a la lista de los Inmortales.