Del libro
Instrucciones
Avanzadas de Cheng Man-ch'ing Para la Forma del Tai-chi, Douglas Wile.
El capítulo
XX es
una traducción
de dos
artículos de
Cheng sobre
la meditación.
Según la nomenclatura tradicional china, la meditación pertenece a
la categoría de ching-kung
o “prácticas
sentadas”, en
contraposición a
tung-kung o
“prácticas en movimiento”, como el Tai-chi.
El Profesor Cheng comenzó a practicar la meditación a una
edad avanzada, como se evidencia en el siguiente comentario de Los
Trece Capítulos:
“Si comparamos el Tai-chi
con la meditación, éste no tiene el efecto negativo de
gastar el chi para calmar el cuerpo”. En los artículos que
aparecieron en 1968, Cheng nos indica que fue iniciado en la
meditación y en diversos
trabajos sobre
desarrollo interno
(nei-kung)
cinco años
antes. De
esta forma, él empezó a practicar la meditación unos
treinta años después de haber aprendido el Tai-chi.
Capítulo
XX
SELECCIONES
SOBRE MEDITACIÓN
Meditación y salud
La longevidad es una aspiración común a toda la humanidad. La
búsqueda de una larga vida requiere la salud de cuerpo y mente. Si
deseamos salud, además de a la nutrición, la medicina, la higiene y
al ejercicio, debemos conceder una gran importancia a la paz de la
mente.
En esta compleja sociedad, todos experimentamos constantemente
confusión y tensión, sin
medios para
relajarnos. Acosados
por las
preocupaciones,
tensiones, restricciones
y demandas
venidas de
todas partes,
el cerebro
es forzado
a trabajar todo
el día.
Incluso soñamos
mientras dormimos.
De esta
forma, nunca
tenemos un momento de descanso. Si pudiéramos olvidamos
temporalmente de todas nuestras preocupaciones y tensiones,
permitiendo que el cuerpo y la mente disfrutaran
de la
relajación y
la felicidad
durante un
período de
tiempo y
dando a los
nervios la oportunidad de un verdadero descanso, ésto no sólo
mejoraría la salud del cuerpo y de la mente, sino que contribuiría
a lograr la longevidad y a invertir el proceso de
envejecimiento.
Lo que
queremos decir
por “olvidar
temporalmente” todas
las preocupaciones
y tensiones es simplemente tener algunos momentos de paz en
medio de este entorno lleno de confusión y tensión. El método para
aprovechar estos pocos momentos de paz es la
meditación.
En mi juventud padecí reuma y, siempre que el clima cambiaba,
sufría insoportablemente. Al menos dos o tres veces al año me
sentía forzado
a permanecer
en cama
durante una
semana o
más. Busqué
el tratamiento
tanto de médicos
chinos como occidentales, incluida la acupuntura e inyecciones, pero
ésto solamente aliviaba los síntomas durante un corto período de
tiempo y después éstos
reaparecían. Más
adelante, un
amigo me
inició en
la meditación
y también me dio a conocer varias obras antiguas y
contemporáneas sobre el desarrollo interior.
Después de practicar durante un mes sentí un calentamiento
del chi en el tan-tien. A los dos meses, este calor
subió gradualmente por mi columna
hasta el
nivel de
la cintura
y a
los tres
meses sudaba
por todo
el cuerpo. Más
tarde, el cálido chi ascendió por la espalda hasta llegar a
los hombros y finalmente subió a la coronilla. Desde hace
cinco años he mantenido esta práctica al menos durante media hora
cada día. Aunque todavía no puedo afirmar
que todos
los meridianos
estén completamente
abiertos, mi
reuma no
ha vuelto a manifestarse. Al mismo tiempo, mis dolores de
espalda y mi débil estómago también se han curado rápidamente.
Esto debe ser efecto de la meditación.
La meditación
es concentración
mental. Todo
se deja
a un
lado para
mantener la paz y
la tranquilidad de la mente y fortalecer la función de control del
sistema nervioso central. Además, la respiración profunda durante
la meditación mejora la
circulación sanguínea,
aumenta la
absorción de
nutrientes y
estimula todos
los procesos metabólicos.
Según la investigación biológica, los nutrientes llevados por la
corriente sanguínea en el cuerpo humano deben ser combinados con el
oxígeno suministrado por la respiración para que la oxidación
tenga lugar. Todo
el dióxido de
carbono producido
por la
oxidación debe
ser eliminado
por el
cuerpo para así mantener el equilibrio metabólico adecuado.
Así que la respiración es para
nosotros aún
más importante
que el
alimento. Cuando
el aire
penetra en
los alvéolos pulmonares,
debido a
que la
concentración de
oxígeno es
más alta
en el aire que en
el pulmón y de acuerdo con la ley de la osmosis, el aire penetra en
las paredes alveolares y entra en la sangre. Ya
en la corriente sanguínea, el oxígeno es absorbido por la
hemoglobina de los glóbulos rojos, que entonces
se convierte en
hemoglobina oxigenada.
Estos glóbulos
rojos portadores
de oxígeno pasan
a través
de los
capilares de
los pulmones
y se
distribuyen a
todo el
cuerpo, donde producen calor y energía. A partir de ésto
podemos comprender la gran importancia que tiene la respiración para
la salud humana.
Las personas normales realizan aproximadamente una respiración muy
superficial cada cuatro o cinco segundos. El aire fresco que es
inhalado en
realidad no penetra profundamente en los alvéolos, ni el aire
viciado es expulsado completamente. Por lo tanto, el proceso de
utilizar el oxígeno y eliminar el dióxido de carbono de las venas
nunca se optimiza completamente. Esto tiene una gran influencia
en la salud del cuerpo y la mente.
El método de respiración más utilizado durante la meditación es
la respiración abdominal. Cuando inhalamos el aire, los pulmones se
expanden y se llenan completamente,
permitiendo que
el aire
penetre profundamente
en los
alvéolos y
favoreciendo su distribución. En este momento el diafragma es
empujado hacia abajo, haciendo que el vientre sobresalga. Así,
cuando exhalamos, el vientre se contrae, empujando el diafragma hacia
arriba y expulsando completamente el aire viciado de los pulmones. De
esta forma, el intercambio de gases en los pulmones logra su mayor
eficacia. Al mismo tiempo, constituye un buen ejercicio para los
órganos internos.
Aunque la respiración profunda durante el ejercicio también aumenta
el intercambio de
gases, es
muy raro
que dure
más de
diez minutos,
mientras que
la persona que medita a menudo puede estar sentada diez
minutos, media hora o incluso varias horas. También,
con la práctica, no solamente se utiliza la respiración
profunda durante la meditación, sino que con el tiempo, la
respiración se
vuelve más
profunda, más
larga, más
fina e
incluso más
regular.
La mayoría de las personas son conscientes de que el ejercicio
físico activa la circulación sanguínea, mejora la absorción de
nutrientes y ayuda al proceso del metabolismo.
Sin embargo,
después del
ejercicio la
mayoría se
sienten cansadas.
A menudo vemos a los atletas tumbados en la hierba después del
ejercicio descansando, con los ojos cerrados. Este es un ejemplo de
la necesidad de tener un momento de
paz.
A mucha gente no les gusta hacer ejercicio físico, pero también hay
personas que, debido a circunstancias de su vida o de su trabajo, no
tienen tiempo libre o un lugar apropiado para hacer ejercicio. Ésto
es especialmente cierto para los ciudadanos de más de cuarenta años
que, debido a sus responsabilidades oficiales
o de
negocios, pasan
todo el
día ocupados
en sus
despachos sin
tener la
oportunidad de
hacer algún
ejercicio durante
todo el
año. Si
meditaran todos
los días una
o dos
veces en
un momento
conveniente, sería
muy beneficioso
para su salud
física y mental.
Ciertamente la meditación no es una pérdida de tiempo. Si cada
noche,
justamente antes de ir a dormir,
o por la mañana, justo después de levantamos, meditáramos
simplemente durante veinte o treinta minutos en nuestro dormitorio,
ésto no interferiría con nuestro plan de trabajo. Aunque pueda
parecer que estos veinte o treinta minutos reducen nuestro tiempo de
sueño, en realidad son aún más beneficiosos que el propio sueño.
Ésto es así, porque durante el sueño nuestras mentes están
dispersas y, a veces,
soñamos. Sin embargo, la
meditación centra
la mente,
se eliminan
los pensamientos
erráticos y uno
disfruta de paz y tranquilidad. Ésto proporciona un auténtico
descanso al cuerpo y
a la
mente. Sólo
se puede
empezar a
entender ésto
desde la
experiencia.
La meditación no requiere absolutamente ningún lugar o un equipo
especial. Puedes meditar
en tu
habitación si
no es
muy ruidosa
y el
aire no
está demasiado
viciado. Si
hay varios
niños en
la familia,
puedes llevarlos
a la
cama antes
de ir
a meditar. Si se
puede elegir el entorno, entonces, por supuesto, un lugar muy abierto
al cielo
o con
una gran
vista del
mar,
o completamente
solo en
una aldea aislada
sería lo mejor de todo.
Lo siguiente es una explicación detallada de métodos y posturas
para la meditación:
-
Sentado
en una silla. El
cuerpo debe estar derecho, con la cara dirigida al frente. La nariz
y el ombligo, y las orejas y los hombros deben estar alineados. El
mentón debe estar ligeramente recogido hacia dentro y los hombros
horizontales. La cintura debe estar derecha y el asiento estable. La
columna vertebral
no
debe
estar
muy
recta,
pero
tampoco
debe
estar
doblada.
Relaja
todos los
músculos
del
cuerpo
sin
utilizar
ninguna
fuerza
y
siéntete
relajado
y
natural.
-
Sentado
con las piernas cruzadas. Ambas
piernas están dobladas y el pie derecho está colocado bajo el
muslo izquierdo. El pie izquierdo está situado sobre el muslo
derecho. Esta es la postura del medio loto. El loto completo, usado
por los monjes, es incluso mejor.
Otra postura es
simplemente sentado, con las piernas cruzadas y los pies debajo de
las rodillas. En general, escoge aquella en la que te sientas más
cómodo.
-
Posición
de
las
manos.
Las
manos
caen
de
forma
natural
y
se
colocan
con
las palmas
vueltas hacia arriba encima de las piernas. Las palmas se colocan
una encima de otra con las puntas de los dedos pulgares tocándose y
la “boca del tigre” dirigida al frente como si sujetaran un
objeto. Las manos descansan suavemente
frente
al
estómago
por
encima
de
las
pantorrillas,
sin
presión
y
relajadas naturalmente.
-
Posición
acostado.
Si
nos
acostamos
boca
arriba
en
algo
plano
(un
colchón
de muelles
demasiado blando no es apropiado), la espalda debe estar horizontal
y recta. Los pies se extienden al mismo nivel que el cuerpo, con los
dedos dirigidos
hacia
arriba
y
relajados
con
naturalidad.
Las
palmas
deben
mirar
hacia dentro,
tocando ligeramente los lados de los muslos. La altura de la
almohada puede ser “ajustada” para estar cómodo. Todos
los músculos
del cuerpo deben estar relajados. Los ojos miran en dirección al
abdomen.
-
Respiración
inicial. Primero,
abre la boca y exhala el aire viciado de los pulmones. Luego cierra
la boca lentamente y toma aire fresco por la nariz. Repite
ésto
de
tres
a
cinco
veces
para
así
armonizar
la
respiración.
-
La
boca. Cierra
ligeramente la boca. Los labios y los dientes deben tocarse con
ligereza. La lengua toca el
paladar.
-
Los
ojos. Los párpados
deben caer como cortinas. La vista se extiende desde el
puente
de
la
nariz
hasta
el
abdomen,
pero
no
es
necesario
concentrarse
en
ello. Nuestra
actitud
debe
ser
como
la
de
mirar
pero
sin
mirar,
relajada
y
natural.
Los ojos
no
deben
estar
totalmente
cerrados
para
evitar
quedarse
dormido
y
la
luz
no debe ser
demasiado
intensa.
-
Respiración
abdominal. Utiliza
la respiración profunda para permitir que el aire llene
completamente los pulmones, pero no dilates el pecho. La cavidad
pulmonar se expande hacia abajo debido al descenso del diafragma. El
movimiento
hacia abajo realizado por el diafragma hace que el abdomen
sobresalga
ligeramente.
Cuando
se
exhala,
el
abdomen
se
recoge,
a
la
vez
que
el diafragma
presiona
hacia
arriba
y
obliga
al
aire
viciado
a
salir
completamente
de los
pulmones. La respiración debe ser profunda, larga, fina, uniforme,
ligera y lenta. No debe
oírse.
Al comienzo, no debe forzarse la respiración para que sea profunda y
larga. Si normalmente un ciclo de inhalación y exhalación
dura cuatro segundos, durante
la meditación debería aumentar lentamente a seis segundos. Después
de varios días, se
debería pasar
a ocho
segundos y
gradualmente a
diez segundos.
Con una larga
práctica se puede llegar hasta una respiración o dos por minuto.
Las personas más
avanzadas pueden
llegar a
respirar una
sola vez
en varios
minutos. En resumen, los principiantes no deben esforzarse en
contener la respiración, a
fin de evitar una sensación de opresión o malestar. Cuando se
prolonga la exhalación, no debe forzarse, sino que debe ser
perfectamente agradable.
-
Eliminar
los pensamientos erráticos. Todo
pensamiento
errático debe ser totalmente desterrado. Al principio, la mente es
incontrolable y es muy difícil lograr
la
calma.
Simplemente,
suspende
la
reflexión
y
pon
toda
la
atención
en
el abdomen. Al
mismo tiempo, debe utilizarse la técnica de contar las
respiraciones.
Todo
ésto
hace
que
la
mente
se
centre
en
contar
y,
con
la
práctica, los
pensamientos erráticos tenderán a
desaparecer.
-
Contar
las respiraciones.
Una inhalación y una exhalación es una respiración.
Por
lo
tanto,
una
respiración
cuenta
como
uno.
Si
cuentas
al
exhalar, no
cuentes al inhalar y viceversa. Cuenta de uno a diez o de uno a
cien. Al principio, debido a que los pensamientos erráticos aún no
han sido eliminados, uno se olvida frecuentemente de la cuenta en la
mitad. Simplemente comienza de nuevo desde el uno. Después de mucho
tiempo se adquiere la habilidad y
los
practicantes más avanzados pueden lograr el silencio mental sin
necesidad de contar.
-
Concentrar
la mente. Durante
la meditación, la mente se debe fijar en un punto. Al comienzo, se
puede enfocar la mente en el tan-tien
(un punto
localizado
en
el
bajo
abdomen).
Cuando
se
inhala,
la
mente
debe
centrarse
en
el bajo abdomen
e imaginar que el aire penetra hasta el abdomen. (Realmente, el aire
solamente llega a los pulmones pero, aunque en realidad es imposible
que llegue al abdomen, uno lo debe imaginar así). Cuando exhales
imagina también que el aire es exhalado desde el abdomen. En un
nivel avanzado, uno puede centrarse sobre otras zonas, tales como
los puntos ni-wan
(la coronilla),
t'ien- t'ing (en
mitad de la frente), ming-t'ang
(el “tercer
ojo”, localizado en la parte baja
de
la
frente),
shan-ken
(en
el
puente
de
la
nariz),
chun-t'ou
(bajo
la
nariz)
o yung-ch'üan
(en en centro de
la planta del pie),
etc...
-
Al
terminar.
Cuando
acabes
de
meditar,
abre
la
boca
y
realiza
de
tres
a
cinco
respiraciones para disipar el calor del cuerpo. Despierta lentamente
el cuerpo, estirando suavemente los brazos y las piernas. Frótate
las manos para producir calor
y
masajea
la
cara,
el
cuello,
los
hombros,
los
brazos
y
las
piernas,
mientras te
levantas lentamente. Los principiantes, cuando noten que sus piernas
se quedan
entumecidas,
deben
masajearlas
hasta
que
se
sientan
bien
de
nuevo.
Bajo ninguna
circunstancia debe uno levantarse
bruscamente.
Los puntos anteriores son una exposición elemental de los métodos y
posturas fundamentales. Las prácticas más avanzadas no se describen
ahora.
La meditación se corresponde con los principios médicos; es el
puente para mejorar la salud y la vía para una vida más larga:
Durante la
meditación el
flujo de
saliva es
mayor de
lo normal;
la saliva
debe ser tragada
después de exhalar y jamás debe ser escupida. Ésto es lo que los
libros chinos de desarrollo interior llaman “tragar la saliva” y
será extremadamente beneficioso. Aunque algunos científicos
modernos se oponen a tragar la saliva, los médicos japoneses que lo
han estudiado durante varias décadas han descubierto
recientemente que
la saliva
contiene ciertos
elementos nutritivos.
No se debe
meditar inmediatamente
después de
comer,
sino esperar
una o
dos horas hasta
que el estómago esté vacío.
La perseverancia es necesaria en la meditación
Cuando se
tiene práctica
en meditar,
la meditación
puede aumentar
la circulación
sanguínea y elevar la temperatura del cuerpo. Ésto es un fenómeno
natural. Después de una larga práctica habrá chi caliente
en la región del tan-tien. (Esta sensación puede aparecer
después de varios meses o incluso de varios años). Después de un
tiempo, el chi caliente puede llegar a la cintura y subir
gradualmente a la espalda y a la zona de la cabeza. Esta sensación
es extraordinariamente agradable. Aquellas personas que meditan con
regularidad tienen muchas clases diferentes de sensaciones, tales
como: movimiento, hormigueo,
escalofríos, calor,
ligereza, pesadez,
rigidez o
suavidad, etc...
Ésto se denomina
“las ocho sensaciones”.
La constancia es necesaria para la meditación y se debería
practicar, al menos, unos quince minutos diarios. Es preferible una
vez por la mañana y otra por la noche. Es muy importante evitar
discontinuidades en la práctica. Así, apasionarse un día y estar
apático diez, no produce ningún beneficio. Tampoco es deseable
apasionarse durante diez días y estar apático uno.
Aquellos que empiezan a practicar la meditación deben sentarse
durante períodos cortos, pero frecuentemente. Porque si se sentaran
durante mucho tiempo, podrían
impacientarse y
acabar por
rechazar la
meditación. Al
principio,
pueden meditar
durante cinco
o diez
minutos y
después gradualmente
alargar los
períodos de tiempo. La meditación debe ser abordada con paciencia y
no se pueden esperar resultados de la noche a la
mañana.
Epílogo
La meditación es una forma de cultivo interior y es considerada una
práctica legítima en todas las escuelas de desarrollo interior.
Los métodos
de meditación
contemporáneos (yin
shih tzu),
integran en
un único sistema
varias formas budistas y taoístas de desarrollo interior.
El desarrollo interior se relaciona con nuestras antiguas
prácticas taoístas de alquimia interna (lien-tan),
ejercicios físicos
(tao-yin) y
ejercicios respiratorios
(t'u-na), junto
con la contemplación y la meditación budista. En la
actualidad los maestros están divididos
en muchas
escuelas diferentes;
algunas se
refieren al
desarrollo interno
(nei-kung) y otras hacen referencia al desarrollo del chi
(chi-kung), pero todos son métodos de desarrollo personal.
Aunque en movimientos, posturas y métodos cada escuela tiene su
propia especialidad y tradición, al fin y al cabo todas buscan
entrenar el cuerpo y fortalecer la mente para lograr salud y
longevidad.
Nuestros antiguos métodos de desarrollo interno fueron transmitidos
al Japón donde, después de varias décadas de investigación,
adaptación y comentario, se desarrolló el sistema “Okada” de
meditación.
Los antiguos libros de desarrollo interno eran muy aficionados a
utilizar un lenguaje secreto
y esotérico,
haciendo que
los lectores
se perdieran
en medio
de la niebla, e incluso pensaran que se trataba de materias
supersticiosas, sobrenaturales, secretas y extrañas. Al escribir en
este estilo arcano y esotérico, era
imposible desentrañar
incluso una
pequeña parte
de su
contenido sin
años de
dedicación al
estudio y
sin las
instrucciones de
un maestro
iluminado.
Algunos dicen
que la
meditación era
un método
de desarrollo
personal utilizado
por taoístas
y budistas
y no
tiene que
ver con
el presente.
No
obstante, debo decir que las investigaciones de especialistas
modernos han demostrado que
la meditación
es compatible
con la
medicina y
la fisiología
y es
realmente el puente para una buena salud y el camino hacia una larga
vida.
La meditación tiene tres secretos para armonizar cuerpo y mente
La meditación armoniza completamente el cuerpo, la respiración y la
mente.
—Sentarse con las
piernas cruzadas armoniza el cuerpo.
—La quietud armoniza
la respiración.
—Controlar los
pensamientos armoniza la mente.
Primero, armonizar
el cuerpo:
Antes de
meditar,
afloja la
ropa y
desabrocha el
cinturón. Siéntate
de una
forma fácil
y natural.
El cuerpo
debe estar
derecho y
el asiento firme. La columna vertebral no debe estar estirada
rígidamente ni tampoco debe estar doblada. Los hombros deben estar
horizontales, la cintura extendida y todos los músculos del cuerpo
relajados. Ahora cruza las piernas, coloca las manos una sobre otra y
apóyalas sobre las piernas. Mueve el cuerpo unas cuantas veces de
izquierda a derecha para permitir que todas las partes estén
relajadas y naturales.
Segundo, armonizar la respiración: Antes de meditar,
abre la boca y, al
exhalar, expulsa varias veces el aire viciado desde el abdomen. La
lengua toca ligeramente el paladar, y los labios y los dientes se
tocan con ligereza. Toma el
aire lentamente
a través
de la
nariz, mientras
imaginas que
cada respiración
llega hasta el abdomen. Entonces, exhala desde el abdomen y
lograrás de forma natural un estado de
calma.
Tercero, armonizar
la mente: La mayoría de nuestros pensamientos son erráticos y
confusos. Al principio, cuando se aprende a meditar,
se experimenta un aumento
de los
pensamientos erráticos
a medida
que se
entra en
un estado
de quietud. Cuanto más se piensa, más se dispersan los
pensamientos. La mente es
como un mono y los pensamientos son como caballos. Es muy difícil
controlarlos. Uno
debe hacerse
indiferente ante
la fama
y la
fortuna y
dejar todo de
lado. La mente debe centrarse en el abdomen; y los ojos, ligeramente
cerrados, miran hacia abajo, desde el puente de la nariz al abdomen.
Al mismo tiempo, utiliza
la técnica
de contar
las respiraciones
y,
gradualmente, serás
capaz de evitar
pensamientos confusos
y de
eliminar todos
los pensamientos
erráticos.
Inscripción para la respiración fetal (t'ai-shi)
—De los treinta y
seis tragos, el número uno viene
primero.
—Nuestro exhalar
debe ser
muy fino
y nuestro
inhalar lento
y continuo.
—Sentarse
o tumbarse es lo mismo.
—Siéntete
a gusto caminando o a pie firme.
—Ten
cuidado con lo impuro y destierra lo malo.
—Aunque la
llamemos “respiarción
fetal”, en
realidad es
el elixir
interior.
—No sólo
cura las
enfermedades y
alarga los
años de
vida, sino
que si se practica
durante mucho tiempo, nuestro nombre será añadido a la lista de los
Inmortales.